En un contexto global marcado por tensiones comerciales, Panamá se encuentra en una posición vulnerable. Así lo sostiene Alicia Jiménez, economista panameña, quien advierte que aranceles del 10% impuesto por Estados Unidos (EE.UU.) representa mucho más que una medida técnica: es una amenaza directa al ya frágil equilibrio económico del país.
Volumen de exportaciones panameñas a EE.UU.:
Es bajo, el impacto de los aranceles se filtra por otras vías. "Muchos bienes que importamos llegan desde Asia, pero pasan por Estados Unidos. Ese 10% termina afectando directamente a nuestras micro, pequeñas y medianas empresas", explicó. Con márgenes de ganancia reducidos, estos negocios podrían verse forzados a cerrar, trasladando el impacto a los consumidores y al empleo.
"El cierre de empresas implica pérdida de empleos, aumento de la informalidad y presión sobre la Caja del Seguro Social", advierte Jiménez. En ese sentido, propone una respuesta recíproca: "Si nos aplican un 10%, debemos aplicar lo mismo a sus exportaciones, porque de otro modo estamos permitiendo que nos invadan con productos a bajo costo que afectan nuestra producción local".
Pero Jiménez no se queda en el corto plazo. Para ella, el verdadero problema es estructural. "El modelo económico panameño está agotado. Hemos apostado durante décadas por la logística, la construcción y los servicios, pero necesitamos diversificarnos", sentencia.
Señaló además la baja productividad, la ineficiencia institucional y la falta de políticas frente al cambio climático como factores que agravan la situación.