En su análisis económico en el segmento Conexión Financiera de Eco News, Carlos Araúz, subraya la proximidad de una elección que, como es habitual, tiene al mundo en expectativa: ¿Quién será el próximo presidente de Estados Unidos?. A pocas semanas de la contienda, la atención global se centra en el desenlace de este crucial evento político. Por lo que, Kamala Harris y Donald Trump enfrentan la recta final en una elección decisiva.
Donald Trump
En contraste, el ex presidente Donald Trump, quien ha sobrevivido a dos intentos de asesinato, continúa generando polarización. Aunque sus discursos carecen de sustancia según algunos analistas, mantiene su enfoque en conectar con la clase rural trabajadora, un segmento clave del electorado del gigante del norte.
En este punto, es imprescindible hacer una pausa y reflexionar sobre las lecciones del pasado. Durante años, hemos basado el crecimiento económico del país en un modelo que beneficiaba solo a un segmento de la población, mientras que el resto apenas recibía lo que quedaba.
Corrupción, falta de confianza, mala planificación, indolencia y desconexión. Estos factores se combinaron para crear un escenario adverso, con escasos resultados positivos y, definitivamente, sin las soluciones esperadas.
A continuación su reflexión económica:
En 17 años no hemos acertado al presupuesto de ingresos que necesita el estado para funcionar. Ni un solo año. Las alternativas de choque a la Milei en Argentina crearían más pobreza, batalla que hemos venido ganando y que no podemos perder. ¿habrá llegado el momento de la tan temida reforma fiscal? Es el momento para revisarlo todo.
Los intereses o el servicio de la deuda soberana panameña deberá exceder los 3 mil millones de dólares en 2025. La deuda de Panamá no bajará, no está diseñado así - nos tenemos que concentrar en crecer de manera sostenida la producción del país - el famoso PIB tiene que ser más de 100 mil millones de dólares con producción en ciencia, en innovación, no más ladrillo y cemento que ese modelo caducó. Ojalá nos demos cuenta que ya es tarde para caminar distinto.