Tras cuatro años de dificultades iniciadas por la pandemia de covid, el turismo mundial recuperó el año pasado su nivel récord de 2019, gracias al fuerte apetito por los viajes, especialmente en Europa y Asia, a pesar de las persistentes tensiones internacionales. Según una estimación publicada el lunes por ONU Turismo, alrededor de 1.400 millones de turistas realizaron un viaje al extranjero en 2024, un 11% más que en 2023. Una cifra idéntica a la de 2019, último año antes de la pandemia de covid-19.
En Europa, principal destino turístico mundial, se registraron 747 millones de llegadas internacionales -un 5% más que en 2023 y 1% más que en 2019- gracias, entre otros factores, a una fuerte demanda intrarregional.
La cantidad de viajeros internacionales también aumentó en el Oriente Medio (+32% respecto a su nivel prepandemia, gracias a la popularidad de Catar y Arabia Saudita), así como en el norte de África (+22%) y América Central (+17%).
- Progresión -
Según esta agencia encargada de promover el turismo en el mundo, la región de Asia-Pacífico fue la que registró un mayor incremento de afluencia en un año en 2024 (+33%), gracias a la supresión de las restricciones sanitarias en China.
Las llegadas de turistas internacionales (316 millones) siguieron siendo, sin embargo, inferiores a su nivel prepandemia, según subrayó esta agencia antes conocida como Organización Mundial del Turismo (OMT).
Antes de la crisis sanitaria, China era el primer proveedor de turistas internacionales en el mundo (154 millones).
De acuerdo con ONU Turismo, la consolidación de la retomada en esta región llevará a un nuevo crecimiento de los viajes internacionales en 2025, que podrían aumentar entre el 3% y el 5% respecto al año pasado.
- "Inmensa responsabilidad" -
El incremento del turismo ha desencadenado en los últimos meses tensiones en numerosos países, como Japón o España, segundo destino mundial después de Francia, que recibió una cifra récord de 94 millones de turistas en 2024.
La concentración de visitantes en un número limitado de atracciones turísticas está provocando problemas de congestión, así como un aumento del precio del alojamiento, ya que muchos propietarios prefieren alquilar sus viviendas a los turistas a un precio elevado.
En este contexto, varias ciudades introdujeron restricciones, como Venecia (Italia), que estableció periodos de pago para las visitas diarias, la japonesa Kioto, que va a aumentar de manera importante la tasa que pagan los turistas, o Barcelona.
Más allá de estos movimientos de protesta localizados, lo que preocupa es el impacto medioambiental del turismo de masas. Según un estudio publicado en la revista Nature en diciembre, las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el turismo aumentan actualmente el doble de rápido que las del resto de la economía.
Ante esta situación, los autores del estudio sugieren atajar la demanda y reducir los flujos turísticos, sobre todo en el sector aéreo (aumentando el precio de los billetes, reduciendo el número de vuelos, etc.).
Sin pronunciarse directamente sobre estas cuestiones, ONU Turismo, en su comunicado de prensa, considera necesario "situar a las personas y al planeta en el centro del desarrollo turístico", un sector que, según la agencia, tiene una "inmensa responsabilidad".