La reciente imposición de aranceles del 10% por parte del gobierno de Estados Unidos a la mayoría de los países latinoamericanos ha encendido las alarmas en el sector agrícola regional. La medida, anunciada por el presidente Donald Trump, amenaza con afectar de forma directa a economías altamente dependientes de las exportaciones agropecuarias hacia el mercado estadounidense, como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
“Panamá tiene una ventaja estratégica importante, no solo por su tratado con Estados Unidos, sino también por su posición logística y capacidad de adaptarse a los cambios del mercado internacional”, comentó un analista del sector exportador panameño.
Mientras tanto, otras naciones de la región buscan respuestas y alternativas. México quedó exento de la medida gracias al T-MEC; sin embargo, países como Colombia, que vendió 3.642 millones de dólares en productos agropecuarios a EE.UU., y Perú, que tiene en el país norteamericano su principal socio comercial, enfrentan nuevos retos para mantener su competitividad.
Banco Mundial había proyectado un crecimiento del 2,5% para América Latina
El Banco Mundial había proyectado un crecimiento del 2,5% para América Latina y el Caribe en 2025, pero el nuevo escenario comercial podría alterar esas previsiones. Las exportaciones agrícolas, que representaron un aumento del 11% en 2024, están ahora en riesgo de desacelerarse en algunos países.
A pesar de su menor volumen de exportaciones en comparación con gigantes regionales como Brasil o Argentina, Panamá podría perfilarse como un ejemplo de cómo los acuerdos bilaterales pueden blindar a los países frente a turbulencias comerciales globales.