El Foro Económico Mundial (WEF) advierte en su último Informe de Riesgos Globales 2024 que los conflictos armados, la desinformación y los fenómenos climáticos extremos son las principales amenazas para la humanidad en 2025 y en el mediano plazo. Panamá no es ajeno a estos desafíos y se suma a la lista de países donde la deuda pública representa una de las mayores preocupaciones para los próximos años.
Deuda pública: el mayor riesgo identificado en Panamá
Mientras en otras naciones de América Latina las preocupaciones varían entre recesión económica, crimen organizado o erosión de derechos humanos, en Panamá y El Salvador la deuda pública se posiciona como el principal riesgo a corto plazo (2027), según la encuesta realizada a 11.000 líderes empresariales.
Este hallazgo resalta la creciente inquietud sobre la sostenibilidad financiera del país, en un contexto de incertidumbre económica global. Además, la amenaza de eventos climáticos extremos en la región sigue latente, especialmente considerando la vulnerabilidad de Panamá a fenómenos como lluvias intensas e inundaciones.
Un mundo en crisis: las amenazas globales
A nivel global, el informe del WEF identifica los conflictos armados como el mayor riesgo para 2025, seguido de fenómenos climáticos extremos y enfrentamientos geoeconómicos. La desinformación también se posiciona como una amenaza creciente, especialmente por su potencial para alimentar la polarización social y socavar la confianza en las instituciones.
Para 2027, la desinformación y la manipulación de la información se ubican como el riesgo más importante, por encima incluso de los conflictos armados y los desastres naturales, lo que evidencia una crisis en la credibilidad de las fuentes de información y gobernanza.
Panamá ante los desafíos futuros
Con la deuda pública como una de las principales preocupaciones locales, Panamá enfrenta el reto de mantener la estabilidad económica en un entorno global incierto. El informe del WEF subraya la necesidad de que los países, incluidos Panamá, fortalezcan su resiliencia financiera y trabajen en estrategias para mitigar los riesgos emergentes en los próximos años.
En un escenario mundial cada vez más fragmentado, el futuro dependerá de la capacidad de los gobiernos y el sector privado para gestionar estas amenazas y evitar que la inestabilidad económica y social se profundice.