El crecimiento de las energías renovables en América Latina experimentará una desaceleración en 2025, con una reducción de entre 3 y 5 puntos porcentuales en comparación con el aumento del 15 % registrado el año pasado. Sin embargo, Panamá se posiciona como uno de los países con mejor dinamismo en la adopción de energías limpias, según Sergio Rodríguez, gerente de la oficina principal de Ginlong Technologies.
Oportunidades y desafíos en la región
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la falta de inversión y los picos de demanda eléctrica han generado déficits de energía en América Latina, lo que ha obligado a implementar apagones programados que afectan principalmente a los sectores más vulnerables. Ante esta situación, la entidad ha propuesto fortalecer la interconexión eléctrica regional, permitiendo que los países con excedentes energéticos suplan las necesidades de aquellos con escasez.
Un ejemplo exitoso de esta estrategia es el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC), que conecta a seis países mediante 1.800 kilómetros de líneas de transmisión. Este tipo de integración permitiría, según el BID, ahorrar hasta 23.000 millones de dólares y reducir 0,7 gigatoneladas de CO2e para 2030, contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Panamá y su papel en la transición energética
El compromiso de Panamá con la energía renovable se refuerza con iniciativas como la expansión de proyectos solares y eólicos, además de su participación en redes de interconexión eléctrica que fortalecen su estabilidad energética. Empresas como Solis, reconocida con los ‘Power Innovation Awards’ en 2024, continúan apostando por la región con tecnologías innovadoras en almacenamiento fotovoltaico y generación distribuida.
A pesar de los desafíos globales, Panamá sigue avanzando en su camino hacia un futuro energético más sostenible, consolidándose como un referente en la transición hacia energías limpias en América Latina.